Cuando estábamos a punto de terminar nuestro pequeño viaje por Europa, mi hermana y yo estuvimos pensando cual seria el mejor lugar para visitar como ultimo destino. Yo ya había tenido la oportunidad de visitar Venecia el año pasado, pero mi hermana siempre había tenido muchísimas ganas de visitar esta pequeño lugar lleno de magia. Venecia es una ciudad que te deja encantada con sus pequeñas calles y sus puentes, los canales y los edificios tan coloridos que las cámaras nunca le harán justicia. 

Llegamos a Venecia cuando estaba atardeciendo y lo primero que hicimos fue encontrar un restaurante pues la comida italiana es mi favorita desde que era muy pequeña, el olor a pizza, espagueti y lasaña esta por todos lados. Después nos dispusimos a explorar la ciudad, quisimos aprovechar el día al máximo así que visitamos lo mas que pudimos: El Palazzo Ducale, Saint Mark's Basilica, la Piazza San Marco, el Bridge of Sighs y el Rialto Bridge. 

Para terminar nuestro viaje tomamos un tren a Verona, la ciudad del amor antiguo. Esta ciudad me dejo maravillada, es lo que yo imaginaba de una ciudad italiana, llena de restaurantes italianos, con una pequeña arena romana antigua, motos por todos lados, ríos, cultura, historia y una muy bella arquitectura. Durante nuestra pequeña estancia aquí tuvimos la oportunidad de visitar la Casa de Julieta, de ver el balcón y de que mi hermana pusiera su candado para su novio jaja. Después caminamos por las calles principales Corso Porta y Via Mazzini, que están llenas de tiendas, heladerías y otros pequeños restaurantes. También recorrimos la Piazza delle Erbe, en esta plaza se pone un pequeño mercado en donde se pueden encontrar millones de souvenirs. Finalmente fuimos al Ponte Pietra de donde se puede tener una muy bonita vista de la ciudad y del río Adige. De verdad que esta ciudad se convirtió en una de mis lugares favoritos por siempre, me gustaría regresar muchas veces mas para poder recorrer cada rincón de esta encantadora ciudad.